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III Jornada Asociaciones
y aficionados al Bonsái
Mistral Bonsai - 2
Olivos que parecen olivos - 4
Los olivos en bonsái - 9
Nuestra librería - 16
NUMERO 3
2
3
Olivos que parecen olivos
4
Por: J.M. MIQUEL
Dibujos: Thierry FONT
Olivo con la típica forma abierta usada en la producción de olivas: Las ramas finas que descienden son las que llevarán la cosecha.
Las ramas gruesas se abren distribuyéndose de manera que el sol llegue a todas las ramas del árbol.
La casi totalidad de los olivos que vemos cultivados como
bonsáis, están formados de manera que parecen a bonsáis y
no olivos cultivados en los campos.
A pesar de que la apreciación por estas formas cónicas, típi-
cas de las coníferas, está muy extendida, yo creo que pode-
mos disfrutar de muchas otras formas con nuestros bonsáis,
sin temor de las críticas de los otros aficionados.
Podemos intentar reproducir las formas de los olivos en
nuestros pequeños árboles,
Para ello bastará con dar una vuelta por nuestros campos,
con los ojos bien abiertos.
Encontraremos una gran variedad de formas que surgen del
diálogo de los árboles con el trabajo de los campesinos.
La naturaleza sigue su ritmo, con una matemática inexora-
ble, que sólo puede ser dirigida por el trabajo paciente.
Para ello durante generaciones, los podadores han estudia-
do las respuestas de los árboles a sus trabajos.
En el pequeño pueblo de Horta de Sant Joan, escondido en
las montañas del interior de la provincia de Tarragona donde
viví largos años, tuve la ocasión de aprender, con quizás una
de las últimas generaciones de campesinos, que dominaba
a fondo el cultivo de esta especie.
En esta zona viven numerosos olivos milenarios, que han
sido podados durante muchos siglos, por las sabias manos
de estos hombres.
Recuerdo los consejos de uno de los mejores podadores de
la comarca, el Señor Ramon Arrufat, quién me explicaba:
“Hay buenos y malos podadores, a veces es difícil distinguir-
los a primera vista, pero la diferencia estriba en que un buen
podador no deja los árboles tan “bonitos” como uno de malo,
pero en cambio, luego, cuando los árboles crecen después de
la poda, lo hacen de la manera esperada. En cambio los malos
podadores dejan los árboles muy bonitos, pero después las ra-
mas crecen por todas partes, menos por donde hacía falta que crecieran”.
¡Cuantas veces, trabajando bonsáis, he recordado estas palabras! Es
muy frecuente ver que los aficionados al bonsái sólo podan o trabajan
sus árboles pensando en la estética, es decir, pensando en que queden
“bonitos” después del trabajo.
Pero lo hacen sin tener en cuanta el vigor de cada rama, y sin calcular
hacia donde se dirigirá la siguiente brotación.
Podar no es simplemente cortar, podar es dirigir los árboles de forma
que ocupen de manera armoniosa el espacio que les rodea.
Las formas de los olivos de nuestros campos, son ciertamente artificiales.
El objetivo principal de los podadores, es conseguir renovar y distribuir
los árboles, de manera que den la mayor cantidad de fruto posible.
Para ello, las ramas de los olivos se retuercen, abriéndose de manera
exagerada. De sus puntas, las ramas finas cuelgan casi desmayándose.
Son estas ramas finas, que cuelgan, las que se cargan de olivas.
En cambio, los chupones vigorosos, que crecen fuertemente hacia arri-
ba, llevan muy pocos, o ningún, fruto.
Las ramas que descienden son necesarias para producir las cosechas, y
los chupones que suben son también necesarios para mantener y reju-
venecer las ramas del árbol.
De esta dinámica de renovar las ramas que bajan, con chupones que
suben, nace la forma serpenteante de las ramas de olivo de mi país.
Naturalmente, hay regiones en las que estas formas no son las más ade-
cuadas, por ejemplo, en los pueblos en donde nieva, las ramas dema-
siado abiertas se rompen con el peso de la nieve, por lo que hay que
mantener una cierta conicidad en los árboles.
En cambio, en todo el litoral mediterráneo, donde yo vivo, los olivos en-
sanchan sin temor sus ramas libremente al viento.
Son estas formas las que intentamos reproducir en nuestros pequeños
olivos.
Cada uno intentará reproducir las formas de los árboles de su región.
En las siguientes páginas les explicaremos en detalle estas técnicas.
Forma típica de las ramas de los olivos cultivados en los campos.
Formas de las ramas de los olivos cultivados en macetas de bonsái,
trabajadas con estas técnicas.
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